Zamora, perla del Duero,
cercada y altiva.
Hueles a arte y a
historia,
revive el tiempo en tus calles,
viejas batallas…
viejas batallas…
torneos y juramentos,
romances y juglares
llenan
Las piedras, testigos
mudos,
hablan de tu larga vida,
tu cerco de piedra evoca
la melancolía del
tiempo pasado.
Respiro en tus rincones
el sabor del románico,
veo en tus calles
tus piedras lloran
lágrimas de
historia.
Condenada a vivir
eternamente,
tienes el privilegio de llenar
el alma del
viajero,
de desbordar el corazón
de los zamoranos.
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