Me empapa la tristeza que me envuelve,
se llena de recuerdos el corazón vacío,
Pasa plomizo el tiempo amargo,
no llega la cálida daga deseada,
escupo lo que entra por los ojos,
se cuelan mariposas en mi boca
no digiero lo que ven mis oídos
¡boca, escucha mis tormentos!
En el fondo de la noche,
la soledad se apodera de la alcoba,
se impacienta el alma
se consume el reloj de tanta espera,
el amargo cuerpo resiste,
Ya escucho las voces perfumadas,
no siento el latido de mi pecho,
el aire huele a muerte que no llega,
se apaga una estrella a cada paso,
luz sedosa , dulce…
Se escapa la vida canturreando.
Ya vivo el regalo de la muerte,
¡Aire perfumado!.
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