Imaginaba tu cara,
elegía tu nombre,
preparaba tu cuna,
hacía tu ropa
te deseaba.
Yo te quise,
te quise,
antes de que nacieras,
antes de que nacieras,
sabía
que llegarías
con el Año Nuevo,
como un regalo de Reyes tardío.
como un regalo de Reyes tardío.
desde mi deseo más profundo.
Te quise y te quiero
desde esta lejanía que tenemos,
me paso los días
pensando en tí,
sintiendo el frío
de tu ausencia.
No olvides nunca,
hija mía,
que te quise
antes de que nadie
te quisiera.
Te quise y te quiero
desde esta lejanía que tenemos,
me paso los días
pensando en tí,
sintiendo el frío
de tu ausencia.
No olvides nunca,
hija mía,
que te quise
antes de que nadie
te quisiera.
Y te seguiré queriendo,
Aunque el mundo entero se opusiera.
M.I.C 26-01-2013
Hola guapa, sentido poema. ¡Oh, el amor a los hijos!, ese amor tan grande hasta doler, tan inmenso como para hacernos sentir vivas. ¡Si, vivas!, porque estamos vivas, tan vivas y con tanto amor que hasta nos duele. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Gracias!!
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