Pasa y pasó el tiempo,
el tiempo enamorado,
y, perdida en lejanos arrabales,
la mano de la vida deshizo
En una tarde clara y fría
el tiempo del pasado
la suerte venturosa ha
recobrado.
Y decidí nacer de nuevo,
a penas sin querer, escribo
y al hacerlo...
deshago
páginas nuevas de la vida
vieja.
Al escribir detuve mi mirada
en las páginas que, ya borradas,
esperaban mis cálidas palabras
para llenar los vacíos que dejó el silencio
blanco de los días negros asolados.
M.I.C 10-04-2013
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