las nubes, eternas viajeras,
cuchichean dibujando en el cielo
un tapiz de algodón hermoso.
¡Qué seca está la tierra!
¡Qué lacia la hierba!
¡Qué mustia la rosa!
Se abrió el cielo venturoso
y llegó la lluvia silenciosa,
lluvia mansa y serena, de
voz suave,
lluvia callada, sin vientos, ni tormentas,
lluvia fina, buena y pacífica ,
que lleva en sus gotas
la frescura de alegres manantiales,
la frescura de alegres manantiales,
la que derrama vida sobre las sementeras.
Cae y cayó la lluvia venturosa
Cae y cayó la lluvia venturosa
despertó el alma dormida del paisaje.
¡Se esponja la tierra bendecida!
¡Se abre la flor hermosa!
¡Se abre la flor hermosa!
¡Se estira la hierba agradecida!
Mil divinas lágrimas de diamante
quedan en las ramas profundas de los pinos.
¡Bendita agua de primavera!
M.I.C 26-03-2013
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