Catania

La llegada a Catania queda inevitablemente asociada a la imagen del Etna humeante, ergido, amenazador y sobre todo atractivo. Es como ese amor prohibido que sabes peligroso, no conveniente... pero al que no te puedes resistir porque te atrae como un imán.

Catania tiene memoria desde el s. VII a.C . situada al pie del volcán grande más activo de Europa es una especie de ave Fenix que renace de sus "cenizas". Entre erupciones volcánicas y terremotos, ha sido destruída siete veces, y otras tantas renovada.

Cuando el Etna, como estos días, se irrita escupe lava volcánica que en alguna ocasión ha llegado hasta el mar.

La ciudad está rodeada por una costa desigual, al Norte rocosa, recubierta de basalto y arañada por la lava, en algunos casos y arenosa y cuajada de calas y playas al Sur.

No he podido disfrutar del placer de pisar la costa, pero lo he visto desde el autobús de camino a Taormina y por supuesto, desde más lejos, desde el barco.

El guía era un entusiasta de su trabajo y llegó a leernos poesias e icluso a poner música de Vicenzo Bellini ... hijo pródigo de la ciudad, mientras haciamos la visita turistica por el barrio barroco declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

Este precioso y armonioso barrio de barroco tardio lleno de excesos y arquitectura suntuosa, fue construído después de que la ira del Etna destruyera la ciudad. Los arquitectos fueron españoles y la protección y proyecto también, pero los cataneses se enorgullecen contando que la mano de obra y el dinero era siciliano. Junto con el Etna, la imagen que mejor representa a Catania es su catedral dedicada a Santa Águeda. Esta joven mártir es utilizada como talismán, como Santa protectora de la ciudad, abarca muchos más aspectos que el religioso.

En las peores épocas de crisis social o económica se la ha invocado para salir indemne de pestes, terremotos, o la furia del Etna. El mito nace en la Edad Media y narra la resistencia de la santa a las intenciones libidinosas del proconsul romano Quinizano que en el año 238 d.c. mutiló sus pechos entre otras partes del cuerpo. Todos los años desde el 3 hasta el 5 de febrero asisten en Catania a un evento popular en clave religiosa y social que auna fieles y a paganos.

Durante esos dias las calles viven una mezcla de pasión, fervor popular y folclore. La Santa arrastrada sobre una carroza es paseada por las calles , todos los participantes portan velas de mayor o menor tamaño me cuenta el guía que impresiona la cantidad de cera ardiendo y la luz que desprende..

La Catania, renacida en muchas ocasiones tras los terremotos y las erupciones del Etna ha dedicado iglesias y monumentos a todos los santos, pero sobre todo a su patrona. 

En la misma plaza otro símbolo de la ciudad es la Fontana dell' Elefante que fue construida en 1736 por Vaccarini. Es una escultura negra de piedra de lava que retrata a un elefante coronado por un obelisco.
 Una escultura similar que pudo inspirar Vaccarini está en la Piazza Santa María della Minerva en Roma.

El color negro de este elefantito se extiende en muchos edificios que adornan su fachada con basalto procedente de la lava enfriada y solidificada. Esto y la "suciedad" y "descuido" acompañan también a Catania.

Os adjunto algunas fotos.

25 de octubre de 2011