Ventanas abiertas,
grandes o pequeñas,
siempre generosas
nos muestran un mundo
de infinitos cielos,
soles y lloviznas,
tormentas y escarchas,
prados y rebaños,
llanos y montañas.
Cuadros variopintos
de color profundo
que tras los cristales
se abren a la vida
con luces y sombras
de mares en calma,
con rocas de espuma
en playas soleadas.
Se enmarcan en ellas
caminos y puentes
de mundos distantes,
veleros y barcos,
Desde sus dinteles
nos prestan su abrigo
para guarecernos
y en su
transparencia
ser parte de ellos.
M.I.C 23-01-2013
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