verdes o floridos,
poblados o ralos,
de su circunstancia,
a tierra amarrados,
los brazos abiertos
se yerguen al cielo
con dulce prestancia.
Su porte elegante
acoge al jilguero
y anida al gorrión,
da sombra al viajero
Los pies enterrados,
los ojos al cielo,
bien altas las miras,
los brazos abiertos,
a tierra amarrado
por tu circunstancia,
te elevas al cielo
con gran elegancia.
M.I.C 10-01-2013
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