Enfurecido, bravo,
majestuoso,
colérico y agreste,
así te muestras,
querido
mar, estos días.
No te gustan las palabras
complicadas,
ciclogénesis explosiva,
eso no va contigo,
carácter, temperamento.
Te revuelves henchido
de deseos abruptos,
muestras tus grandes fauces ,
vomitas blanca espuma ,
elevas tus enormes brazos
y golpeas la roca con fuerza,
en los enormes acantilados.
En tu resaca te llevas contigo
la dorada arena de
la playa
y con ella castillos y sueños…
Te sabes señor y Don Juan
y en tu abrazo profundo y bravo
envuelves los arenales,
que plenos de deseo y
arropados por el viento
se pierden contigo en
corrientes internas.
Tus grandes olas cortejan
la esbelta silueta del faro
que disciplinada y vigilante
la agitada danza de la espuma.
Tus lenguas de sal escudriñan
los escondidos huecos de las rocas
con lascivo deseo de conquistar
remotos espacios.
M.I.C 30-01-2012
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